miércoles, 7 de octubre de 2009

La llave


Érase una vez ella y él, dos personas que un día encontraron una pequeña llave. Se trataba de una llave dorada, brillante y reluciente.

La miraron pero por más que la observaron desconocían qué era lo que abría. No sabían si encajaría en una puerta, en una caja o en un pequeño cofre. Ignoraban qué secretos o tesoros escondería. Lo único que averiguaron es que seguramente esa llave tendría algo mágico e inusual, por lo que, decidieron guardarla en un lugar seguro.

El tiempo pasaba y día tras día ella y él elucubraban y soñaban con todas las cosas maravillosas que podría guardar la puerta, la caja o el cofre que abriría la llave. Estaban ilusionados imaginando todo un mundo lleno de magia y de cosas extraordinarias y lo mejor era que hasta allí llegarían sólo con su llave.

Al ser una llave dorada, brillante y reluciente, el mundo que contendría seguro que era alegre, abierto y dicharachero. Estaban convencidos de que esa llave cambiaría sus vidas.

Pero desconocían qué era lo que abría y aunque la probaban en muchas cerraduras nunca conseguían que nada se abriera y siempre acababan guardándola en el mismo rincón con la esperanza de descubrir algún día ese mágico mundo con el que tanto soñaban.

Él y ella, desconocían el significado de esa llave, su llave, pero la cuidaban, la limpiaban y la sacaban brillo y todas las noches la guardaban con mimo y mucho cuidado en una pequeña cajita que habían comprado para tal efecto. Y así pasaban los días y los meses con su pequeña llave.

La llave la encontraron el día que se conocieron, la guardaron en un rinconcito de su corazón cuando decidieron irse a vivir juntos y abrió las puertas de su vida el día que se casaron.

La vida que abrió está llena de ilusión y de grandes acontecimientos y dentro de ella habrá otras pequeñas puertas que abrirán otras pequeñas vidas que nacerán de esta pequeña, dorada y brillante llave, y sólo de ellos dos esto dependerá.