miércoles, 21 de julio de 2010

El origen de los Robots



En la mitología griega, Hefesto es hijo de Zeus y de Hera, aunque algunos sostienen que era hijo sólo de Hera, quien lo habría engendrado sola como venganza porque Zeus había hecho lo propio para procrear a Atenea.

Algunas leyendas sostienen que su madre Hera lo expulsó del Olimpo debido a que era cojo y deforme, otras que fue su padre Zeus quien lo arrojó a causa de una conspiración de Hera y Hefesto para derrocarlo. Sea de una forma o de otra, su cuerpo cayó al mar donde dos nereidas, Tetis y Eurínome lo recogieron y lo cuidaron en la isla de Lemnos hasta que creció.

Tras haber fabricado tronos de oro para Zeus y otros dioses, Hefesto se vengó elaborando uno mágico de adamante que envió como regalo a Hera. Cuando ésta se sentó en él, quedó atrapada, incapaz de levantarse. Los demás dioses rogaron a Hefesto que volviese al Olimpo y la liberase, pero él se negó, enfadado aún por haber sido expulsado. Intervino entonces Dioniso, quien emborrachó a Hefesto y lo llevó de vuelta al Olimpo a lomos de una mula. Hefesto, contrariado por la treta y dueño de la situación, impuso severas condiciones para liberar a Hera, una de las cuales fue contraer matrimonio con Afrodita.

Sin embargo, Afrodita le fue infiel a Hefesto por sus amores con Ares, el dios de la guerra, cuando Hefesto tuvo noticia de estas relaciones, preparó una trampa: tejió una red de plata casi invisible y la colocó sobre la cama donde iban a yacer Ares y Afrodita. Hesiodoto cuenta que el suceso fue motivo de gran algarabía en el Olimpo. Hefesto no los liberó hasta que prometieran terminar su romance, pero ambos escaparon tan pronto como levantó la red y no mantuvieron su promesa.

Una curiosidad es que Hefesto fabricó diversas criaturas que se podrían llamar robots:

• Según algunas fuentes, Talos o Talo, el gigante de bronce que Zeus dio a Europa para que fuese el guardián de Creta. A veces era considerado hijo de Cres y padre de Hefesto (lo que contradice la versión dominante), otras era un autómata forjado por el propio Hefesto con la ayuda de los cíclopes, y también a veces era el último de una malvada raza de gigantes de bronce.
• Las ‘doncellas doradas’ eran dos autómatas de oro con la apariencia de jóvenes mujeres vivas. Se decía que poseían inteligencia, fuerza y el don del habla. Atendían a Hefesto en su palacio del Olimpo y lo ayudaban en su trabajo(la herrería)

1 comentario:

Ana Reyes dijo...

¡No me lo vás a creer!
Estaba pensando escribirte y recordarte que tienes un blog! Je,je!... Gracias por tu ultimo mensaje y gracias por haber vuelto al País del Blog después de tanto tiempo.(Es que te echaba de menos...) La mitología es apasionante y tu creación una monada....
Muchos besos