miércoles, 25 de febrero de 2009

La Pandilla Amigurumi


Alguien me enseñó una vez a coger "el gancho". Como ella solía decir:

- Es muy fácil, lo coges con la mano derecha, en la izquierda la lana y vas haciendo poco a poco una cadeneta tras otra

- ¿Es así abuela?

- Si cariño, pero intenta hacer las cadenetas un poco más apretadas

- ¡Mira abuela! ¡Mira que cadena más larga!

- ¡Muy bien, hija! ¡pero no aprietes tanto!

A esta enseñanza por parte de su abuela materna con mucho cariño y una gran dosis de dulzura, llegó el intento de perfección de la técnica del ganchillo de su madre. Después de unos cuantos pañitos y un cojín que aún guardo por pena a deshacerme de él, llegó la pequeña Pandilla Amigurumi.

Todo empezó con ella. Formaba parte de unos retales de un viejo intento de un jersey de punto azul. Con lana sobrante de color amarillo de otra labor, nació su melena y para acompañarla se la creó una buena pareja.

El segundo miembro de la Pandilla se creó a imagen de "alguien" y parece ser que nació con su expresión. Unas buenas orejas, unos ojos de fieltro con pupilas incluidas y ... ¡listo!

La pareja no podía quedarse sola. Cambié el color de la lana e intenté crear algo original. Esta vez era moreno y joven, con cara de niño. Llevaba unas graciosas gafitas de fieltro rojo que se le perdieron cuando "alguien" en medio de una gran ilusión, de un achuchón se las rompió.

Finalmente, necesitaba un pequeño ser femenino y con dos coletas. Esta vez, era de retales blancos y con el cabello castaño claro. Las coletas se transformaron en dos trenzas.

Así fué como se creó la Pandilla Amigurumi y cómo nacieron mis primeros amigurumis.

4 comentarios:

Ana Reyes dijo...

¡Que pandilla! ¡Que monada! No tienen nombres por lo que veo...¿Que tal si les pones nuestros nombres? Gala, Alicia, Fernando y Ana...Echaba de menos tus amigurumis...Aquí en Barcelona aún. Parece que las cosas van mejorando a pesar que la semana pasada tuve una noticia muy triste...Muchos besos

Milady dijo...

Estuve liada con cosas. Lo cierto es que no tienen nombre pero bautizados quedan, ahora hace falta saber quién es quién ja ja ja.

Siento tu mala noticia, ¡Ánimo Ana! todo pasará poco a poco.

Un beso.

Fernando dijo...

¡Qué pandilla más maja!. El de las grandes orejas y ojos de fieltro me recuerda a alguien, si además dentro lleva un gran corazón, podemos ponerle de nombre... como el del que duerme a tu lado. Os quiero a los dos

Anónimo dijo...

¡Qué sorpresa, Milady!. Y qué forma de contarnos cómo vas aumentando la familia de Amigurumis (qué palabreja mas rara para señalar a unos seres tan entrañables). Me apunto a la sugerencia de Ana, para lo de la pandilla. Aunque, si el de las orejas grandes ya nació bautizao...
Me encanta como escribes, y la facilidad para animar tus creaciones.
Esta semana, ha sido muy bonita: Fernando ha escrito un poema precioso, tú, nos presentas una pandilla muy animada, y tan sólo nos queda el dolor compartido con Ana, por lo que nos cuenta en su blog. Lo positivo para ella, es que haya tenido la valentía de contarlo. Mucho cariño compartido se deduce de tan bonito relato. Y esta semilla se nota crecida en la semblanza que nos deja de su madrina Mari. Todos estamos con ella.
Ana, queda reconocida en el muñequito con dos coletas que se trasformaron en trenzas, si no tenéis inconveniente.

Un beso, Milady.